HISTORIA DE LA MANTILLA
La mantilla es un accesorio femenino español que se utiliza en eventos, sobre todo religiosos, y como complemento de trajes regionales por toda España; pero ésta pieza tiene una larga historia.
ORIGEN
Se cree que se remonta a la cultura ibérica, ya entonces las mujeres usaban velos o mantos de tela para cubrir su pelo y frente. Se han encontrado figuras prerromanas con tocados similares a mantillas.
El complemento fue usado durante toda la Edad Media por las clases bajas, siendo una pieza principalmente de abrigo, una especie de manto.
EXPANSIÓN
En el siglo XVI se extendió su uso a toda la península, formando parte de los trajes regionales y adaptándose a ellos adquiriendo diferentes formas y estilos. En esta época surgió, por ejemplo, la mantilla de media luna, de origen valenciano.
Durante el siglo XVII se empezaron a decorar con encajes, como puede verse en algunas obras de Velázquez, pero no fue hasta el siglo XVIII cuando empezó a popularizarse entre las clases altas.
La reina Isabel II fue una gran impulsora de la mantilla, poniéndola de moda al usarla tanto ella como su corte.
DECLIVE
A mediados del siglo XIX comenzó a caer de desuso, manteniéndose sobre todo en Sevilla, otras ciudades andaluzas y Madrid. Fue en la capital donde la mantilla fue usada como símbolo de protesta contra el reinado de Amadeo de Saboya, en la conocida como «Rebelión de las mantillas».
Durante el primer tercio del siglo XX su uso fue quedando relegado a celebraciones y actos litúrgicos. Hoy en día sigue siendo un complemento indispensable para trajes regionales por toda España.
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